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¿Debo regalar una mascota en Navidad o es mala idea?

En Navidad, regalar una mascota —ya sea comprada o adoptada— suele verse como un gesto cargado de emoción, ilusión y buenos deseos. Un cachorro o un gatito puede convertirse en un compañero de vida, una fuente de afecto y una experiencia profundamente transformadora para una familia. Sin embargo, cuando esta decisión se toma de forma impulsiva, sin información ni preparación, puede traer consecuencias negativas tanto para las personas como para el animal.

Cada año, después de las fiestas, se registra un aumento en los casos de mascotas entregadas, devueltas o abandonadas. Estudios y organizaciones de bienestar animal estiman que hasta el 30 % de las mascotas regaladas durante esta época no permanecen en su hogar inicial. Esto no ocurre por si la mascota fue comprada o adoptada, sino por una falta de planificación, expectativas poco realistas y desconocimiento sobre el compromiso que implica cuidar a un ser vivo durante muchos años.

Este artículo no busca decir que regalar una mascota en Navidad esté “bien” o “mal” de forma absoluta. El objetivo es ayudarte a tomar una decisión informada y responsable, entendiendo cuándo puede ser una buena idea, cuándo es mejor esperar y qué alternativas existen para asegurarte de que, si una mascota llega a tu vida, lo haga en las condiciones correctas y para quedarse.

1. Por qué regalar una mascota en Navidad puede ser una mala idea (si no hay preparación)

Regalar una mascota en Navidad no es, por sí mismo, una mala decisión. El problema aparece cuando se hace sin información, sin planificación y sin considerar el impacto real que tendrá en la vida del animal y de la familia que lo recibe.

Falta de preparación del futuro responsable

Una mascota no es un regalo sorpresa cualquiera. Perros y gatos necesitan tiempo, espacio, atención diaria y un presupuesto constante para alimentación, vacunas, esterilización, controles veterinarios y posibles emergencias. Cuando quien recibe la mascota no ha investigado previamente estas necesidades —ya sea porque fue comprada o adoptada—, el riesgo de frustración y abandono aumenta significativamente.

La Navidad no es el mejor momento para la adaptación

Las fiestas decembrinas suelen estar llenas de cambios: visitas constantes, ruido, pólvora, viajes, horarios irregulares y rutinas alteradas. Para un cachorro o un gatito, este entorno puede generar estrés, miedo y desorientación. La adaptación a un nuevo hogar requiere calma, constancia y tiempo, condiciones que no siempre se dan durante la temporada navideña.

Decisiones emocionales que ignoran el compromiso a largo plazo

En Navidad, las emociones juegan un papel clave. La ilusión del momento puede llevar a ver a una mascota como un detalle especial, sin dimensionar que se trata de un compromiso de 10, 15 o incluso más años. Cuando pasa la emoción de las fiestas y vuelve la rutina, muchas familias descubren que no estaban listas para asumir esa responsabilidad, independientemente de si la mascota fue comprada o adoptada.

2. Cuándo SÍ puede ser una buena idea regalar una mascota en Navidad

Regalar una mascota en Navidad puede ser una buena decisión cuando no se trata de una sorpresa impulsiva, sino de un paso pensado, conversado y alineado con el estilo de vida de quien la recibirá. En estos casos, la Navidad se convierte solo en la fecha, no en el motivo principal de la decisión.

La persona que la recibe está preparada y lo ha manifestado

Es una buena idea regalar una mascota cuando el futuro responsable ha expresado claramente su deseo de tenerla y ha demostrado estar informado. Esto incluye conocer las necesidades del animal, tener tiempo disponible, estabilidad económica y disposición para adaptar su rutina. Ya sea una mascota comprada o adoptada, la clave está en que la decisión sea compartida y consciente, no una sorpresa absoluta.

Hay planificación previa y acompañamiento profesional

Cuando existe una planeación previa —elección responsable del criador o del refugio, asesoría veterinaria, revisión de condiciones del hogar y compra anticipada de lo esencial—, el riesgo disminuye notablemente. Contar con orientación profesional antes de la llegada del animal permite tomar decisiones adecuadas sobre alimentación, vacunación, adaptación y manejo del estrés, especialmente en una época tan movida como la Navidad.

Se elige el momento y el tipo de mascota adecuados

En algunos casos, optar por un animal con mayor nivel de madurez puede facilitar la adaptación durante las fiestas. Mascotas que ya tienen su carácter definido, que toleran mejor los cambios y que no requieren un proceso intenso de entrenamiento inicial suelen manejar mejor el entorno navideño. Lo importante no es la edad o el origen, sino que la elección se ajuste a la realidad del hogar que la recibe.

3. Alternativas responsables cuando aún no es el momento de regalar una mascota

En muchos casos, el deseo de regalar una mascota en Navidad existe, pero las condiciones ideales aún no están dadas. Cuando esto ocurre, optar por alternativas responsables permite mantener la intención sin comprometer el bienestar del animal ni generar decisiones apresuradas.

Regalos simbólicos que representen una decisión futura

Una opción válida es entregar un regalo simbólico que represente la intención de sumar una mascota al hogar, sin que esta llegue inmediatamente. Puede tratarse de un “certificado” o vale que invite a elegir juntos la mascota después de Navidad, cuando haya tiempo para evaluar opciones, preparar el hogar y consultar con un profesional. Así, la decisión se toma en calma y con mayor conciencia.

Preparar el hogar antes de la llegada de la mascota

Otra alternativa es regalar los elementos necesarios para la futura llegada del animal: cama, platos, juguetes, accesorios de paseo o productos de higiene. Este tipo de regalo ayuda a que la familia se prepare con antelación y entienda que una mascota implica cuidados diarios, rutina y compromiso, más allá de la emoción del momento.

Regalar información, asesoría o experiencias relacionadas con el cuidado animal

A veces, el mejor regalo es el conocimiento. Talleres sobre cuidado responsable, asesorías veterinarias, consultas de orientación o experiencias educativas relacionadas con mascotas pueden marcar una gran diferencia antes de tomar la decisión final. Estas opciones fortalecen la preparación y reducen el riesgo de errores comunes cuando finalmente llega una mascota al hogar.

4. Consejos para hacerlo bien si decides regalar una mascota

Si después de informarte decides regalar una mascota, hacerlo de manera correcta marca la diferencia entre una experiencia positiva y una situación problemática. Estos consejos ayudan a reducir riesgos y a priorizar el bienestar del animal desde el primer día.

Evalúa al futuro responsable antes de tomar la decisión

Antes de regalar una mascota, es fundamental conocer si la persona que la recibirá realmente puede y quiere asumir ese compromiso. Una conversación previa —o incluso una encuesta discreta— puede ayudarte a identificar factores clave como alergias, estilo de vida, horarios, viajes frecuentes, presencia de niños u otras mascotas y tiempo disponible para el cuidado diario. Regalar una mascota no debería ser una sorpresa absoluta, sino una decisión informada.

Elige una fuente ética y responsable

Ya sea que la mascota provenga de un refugio o de un criador, es clave asegurarse de que la fuente sea ética y responsable. Evita criadores sin registros, sin controles veterinarios o que entreguen animales sin documentación, vacunas o información clara sobre su origen. Una fuente responsable prioriza la salud, el bienestar y la trazabilidad del animal, y ofrece acompañamiento incluso después de la entrega.

Considera la entrega después de las fiestas

Una alternativa muy recomendada es programar la llegada de la mascota para después de las celebraciones navideñas. Entregarla en enero permite que el hogar esté más tranquilo, que las rutinas sean estables y que se pueda realizar un seguimiento veterinario inicial sin el estrés de las fiestas. En muchos casos, la sorpresa no es menor y el proceso de adaptación resulta mucho más exitoso.

Conclusión: la mejor decisión es la que se toma con responsabilidad

Regalar una mascota en Navidad no es una decisión incorrecta por sí misma, pero sí es una de las que más requiere reflexión. Ya sea comprada o adoptada, una mascota implica tiempo, recursos, paciencia y un compromiso que va mucho más allá de una temporada festiva. Por eso, en muchos casos, posponer la decisión hasta después de las fiestas y prepararse con calma suele ser la opción más responsable.

La clave no está en cuándo llega una mascota ni de dónde proviene, sino en que llegue a un hogar preparado, informado y dispuesto a cuidarla durante toda su vida. Adoptar o comprar con responsabilidad, durante Navidad o en cualquier época del año, es lo que realmente marca la diferencia en el bienestar del animal y en la experiencia de la familia que lo recibe.

Si has regalado, adoptado o comprado una mascota de forma responsable, comparte tu experiencia y lo que aprendiste en el proceso. Y si estás considerando hacerlo, infórmate con profesionales, visita refugios o fuentes confiables, habla con veterinarios y tómate el tiempo necesario para decidir. Una mascota no es un regalo más: es una decisión para muchos años.

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